Tradicionalmente, se ha recomendado reposo en cama a las mujeres después de cualquier procedimiento médico. Por ejemplo, después de dar a luz a un bebé, a las mujeres se les prescribía 6 semanas de reposo en cama, hasta que finalmente se demostró que esa inactividad aumentaba su riesgo de coágulos de sangre. Aunque el reposo en cama se fomentó con buenas intenciones, no tuvo el mejor resultado. No obstante, es un reto revertir un consejo ampliamente aceptado, aunque poco útil.

Durante los primeros años de la FIV, a las mujeres se les hacía guardar reposo durante las dos semanas siguientes a la transferencia embrionaria. De hecho, ni siquiera se les dejaba ponerse de pie durante bastante tiempo después del procedimiento. Generalmente, se quedaban guardando cama en la misma clínica, incluso utilizando un orinal cuando era necesario en lugar de ir al baño.

A pesar de que la ciencia de la FIV ha avanzado mucho, la cultura de la FIV sigue arraigada y se aferra a algunas formas del pasado. Ahora que la FIV lleva más de tres décadas, es hora de revisar cómo aconsejamos a las pacientes que se someten al tratamiento y reconsiderar si el reposo en cama sigue siendo aconsejable.

¿Es necesario guardar cama tras la transferencia embrionaria?

En pocas palabras, no. Con el paso del tiempo, se hizo evidente que no era necesario.  Para convencerte, consideremos algunos de los estudios más destacados que han demostrado que el reposo no es realmente necesario después de una transferencia de embriones, ya sean frescos o congelados.

  • En 1997 apareció el primer estudio que sugería que incluso un período de 24 horas de reposo en cama era innecesario. Específicamente se demostró que incluso cuando las pacientes estaban limitadas a 20 minutos de restricción de actividad, las tasas de embarazo eran parecidas.
  • En 2005, otro estudio mucho más amplio y bien diseñado descubrió que cuando se permitía a las pacientes levantarse inmediatamente después de la transferencia embrionaria, sus tasas de embarazo eran tan buenas como las de las pacientes a las que se les pedía que permanecieran tumbadas durante una hora.
  • Por último, una revisión de 2011 de todas las investigaciones publicadas sobre este tema confirmó que no hay ninguna ventaja en el guardar reposo y que, en cambio, puede haber una desventaja en el sedentarismo total.

¿Por qué no hace falta reposar después de una transferencia de embriones?

La razón principal por la que no es necesario el reposo en cama después de una transferencia de embriones es sencilla. La inactividad, combinada con altos niveles de estrógeno, puede promover la formación de coágulos de sangre, así como un aumento de la resistencia a la insulina. Estos coágulos sanguíneos pueden impedir el flujo sanguíneo, crítico para el desarrollo embrionario y fetal. Sin embargo, el ejercicio ligero reduce la inflamación, disminuye los niveles de la hormona del estrés y promueve un flujo sanguíneo saludable.

¿Y durante el embarazo?

También se ha invertido el mito popular de que el ejercicio debe ser limitado durante el embarazo. En 2008, unos estudios señalaron que las mujeres sanas deberían empezar o continuar con el ejercicio aeróbico de intensidad moderada durante el embarazo.

De hecho, se confirmó en otro estudio bien diseñado que tanto la madre como el bebé se benefician de los entrenamientos aeróbicos. A pesar de las investigaciones, es difícil disipar los consejos de la cultura popular.

Incluso se descubrió en otra investigación que cuando los médicos aconsejaban a las pacientes de FIV que se mantuvieran activas, la mayoría seguía restringiendo su actividad diaria.

Por lo tanto, mientras buscamos formas de aumentar nuestras tasas de embarazo y mejorar la salud de los embarazos resultantes, es importante que reevaluemos constantemente la forma de orientar a las mujeres tras la FIV.