Es un proceso sencillo que en todo momento estará bajo un estricto control médico:
La primera fase del tratamiento dura aproximadamente 12-15 días, en función del protocolo y de la velocidad de respuesta de cada paciente.
La donante se administra diariamente un medicamento en forma de inyecciones por vía subcutánea. Habitualmente se las administra ella misma en su propia casa. El objetivo de este tratamiento farmacológico es conseguir más de un óvulo para que la eficacia de la donación sea mayor.
Durante este proceso debe acudir al centro para la realización de ecografías de control a días alternos durante unos 10 días. Es una exploración rápida en la que se tarda no más de 15 minutos y en un horario adaptado a tu disponibilidad.
Después debe someterse a una pequeña intervención quirúrgica para extraer los óvulos, bajo anestesia local o sedación. El proceso se controla a través de ecografía vaginal mientras el ginecólogo aspira el líquido folicular. Posteriormente se identifican y procesan los ovocitos en el laboratorio de fecundación in vitro (FIV).
Después de entre una y tres horas de reposo, la donante puede desplazarse a su domicilio y hacer vida normal.
Unos días después de la extracción de los óvulos, la donante tendrá la menstruación y desaparecerá cualquier rastro del tratamiento. Si desea volver a donar, podrá hacerlo dos meses después y tantas veces como marca la ley.