El aborto espontáneo se define como la pérdida de un embarazo de forma natural en las primeras 20 semanas de gestación. Se estima que la tasa de abortos espontáneos es de un 15% aproximadamente en la población general.
Cuando ya se ha tenido un aborto previamente, esta posibilidad aumenta hasta el 18%, y cuando se han dado dos o más casos previos alcanza el 25-30%. Es entonces cuando hablamos de aborto de repetición.
¿Cuándo está recomendada?
No existe consenso relativo al número de abortos previos que justifique el inicio del estudio por infertilidad. Sin embargo, tener un 25% de posibilidades de un nuevo aborto tras dos abortos previos y saber que esperar a un tercero tampoco ayudará a descubrir la causa, es un motivo suficiente para realizar el estudio específico en aquellas parejas que hayan sufrido dos o más abortos a pesar de que en el 50% de los casos el estudio del aborto de repetición no pondrá de manifiesto ninguna causa.
La decisión de iniciar el estudio con el segundo o tercer aborto debe hacerse teniendo en cuenta la edad de la paciente, los antecedentes personales y familiares, las circunstancias de las pérdidas gestacionales y la ansiedad de la pareja.
¿Qué eficacia tiene?
La eficacia del estudio de aborto de repetición varía según los factores que provoquen su aparición:
- Factores genéticos: tras realizar un estudio, en un 5% de las parejas que tienen abortos de repetición se detecta algún problema cromosómico en el cariotipo de alguno de los miembros que ambos desconocían. Por este motivo incluimos en el estudio de la pareja el análisis del cariotipo antes de realizar el tratamiento de fecundación in vitro.
- Factores anatómicos: las alteraciones uterinas, ya sean adherencias que se forman en el útero a veces como consecuencia de raspados anteriores; miomas, o septos, pueden ser la causa de aborto. Se considera que la posibilidad de tener un hijo tras la solución del problema anatómico alcanza el 70-85%.
- Factores endocrinos: la obesidad, el síndrome de ovarios poliquísticos o los niveles alterados de hormonas tiroideas o de glucosa también son elementos de riesgo.
- Trombofilias: dentro de este grupo se incluyen una serie de patologías de la coagulación sanguínea que predisponen a la trombosis. Si los trombos se producen durante la formación de la placenta, esto puede causar abortos de repetición.
- Factores inmunológicos: la inmunidad materna es fundamental en el momento de la implantación. Si esta respuesta inmune no tiene lugar (si el organismo reacciona contra el embrión en vez de protegerlo) también puede haber abortos de repetición.
- Factor masculino: la edad del varón (cuando supera los 45-50 años) es otro posible desencadenante de abortos de repetición (la mayor fragmentación del ADN de los espermatozoides es una causa de abortos recurrentes).
¿Qué pruebas solicitamos para detectar abortos de repetición?
Teniendo en cuenta todos los factores que pueden influir en los abortos de repetición, estas son las pruebas que se pueden solicitar:
- Determinación de los cariotipos en sangre periférica de los dos miembros de la pareja.
- Pruebas de imagen para descartar alteraciones uterinas: histerosalpingografía, ecografía o histeroscopia (a veces son necesarias otras pruebas como la resonancia magnética).
- Analítica completa para descartar los factores endocrinos, inmunológicos y trombofilias (incluyendo mutaciones genéticas).
- Estudio factor masculino: seminograma, REM, cariotipo, PICSI (técnica complementaria al ICSI donde el espermatozide además se selecciona por una prueba de adherencia), estudio de viabilidad espermática y valoración del andrólogo.