¿Sabías qué…?
En la mujer la formación de sus gametos (ovocitos, aunque son más conocido como óvulos), comienza en la etapa embrio-fetal. Con solo unas semanas de gestación, las células germinales del embrión comienzan su desarrollo y el proceso de mitosis (división de una célula en dos células hijas con igual carga genética). Sobre la semana 20 de gestación, los ovarios tienen un total de 6-7 millones de oogonias (diploides). Estas son las células que darán origen a los gametos femeninos (haploides, con la mitad de la carga genética) durante la etapa reproductiva de la mujer, a través de la oogénesis.
¿Y qué ocurre en la etapa reproductiva de la mujer?
En la pubertad, el ovario se vuelve sensible a las gonadotropinas hipofisiarias (hormonas FSH y LH) y en respuesta a esta secreción continua, se produce la generación y liberación de manera periódica de ovocitos. Algunos de estos, tendrán la capacidad de ser fecundados y además secretarán hormonas esteroideas, peptídicas y factores de crecimiento.
De todos los folículos que componen el ovario, sólo unos pocos lograrán ovular, mientras que la mayoría de los folículos restantes se degenerarán. En reproducción asistida utilizamos grandes dosis de hormonas, para evitar la degeneración de gran parte de los folículos disponibles en un ciclo, permitiéndoles desarrollarse y ovular.
¿Y cómo afecta la edad a los gametos femeninos?
Como hemos explicado con anterioridad, los gametos femeninos ya están presentes en la etapa embrionaria y a partir de ese momento se inicia la disminución del número de ellos, pasando de millones, a unos 300.000 al inicio de la pubertad. Por lo que en los siguientes años fértiles se va reduciendo la dotación folicular hasta el momento de la menopausia.
Pero la fertilidad femenina comienza su decline muchos años antes del inicio de la menopausia, a pesar de la continuidad de ciclos ovulatorios regulares. A partir de los 35 años se inicia la transición perimenopáusica en la cual el número de folículos ováricos y la calidad ovocitaria va disminuyendo con el paso del tiempo. Por esto, en CARHA apoyamos la criopreservación de la fertilidad. Porque quizás ahora no sea el momento en el que quieres tener hijos, pero sí en el que tus óvulos te permitirán tenerlos en un futuro.
Además, el efecto negativo de la edad sobre la fertilidad se pone de manifiesto al analizar las tasas de éxito en las clínicas de reproducción asistida. La probabilidad de embarazo en pacientes mayores de 40 años, es tres veces menor que en las menores de 35 años. Además, la edad produce un efecto negativo en la calidad ovocitaria a nivel genético y esto también afecta a la posibilidad de embarazo con gametos propios. Por esto, en CARHA tenemos un buen sistema de ovodonación, que permitirá a pacientes con baja calidad ovocitaria, conseguir un embarazo seguro y de forma rápida.
¿Y qué otros factores pueden afectar a la fertilidad de la mujer?
Son muchos los factores que pueden perjudicar a una buena salud reproductiva, como son el estrés, los malos hábitos alimenticios, el sedentarismo, enfermedades del sistema reproductor como la endometriosis, el síndrome de ovarios poliquístico, el fallo ovárico prematuro, trastornos autoinmunes, fibromas uterinos, cáncer, incapacidad para ovular o para que el óvulo madure correctamente, etc. En concreto, la endometriosis afecta al menos a un 10% de la población femenina en edad fértil, y esta proporción asciende al 30-50%, si consideramos tan solo a mujeres con infertilidad en ese mismo rango de edad. El síndrome del ovario poliquístico (SOP) es la alteración endocrinológica más común que afecta a las mujeres en edad fértil con una prevalencia de entre un 15-20%. El fallo ovárico prematuro (FOP) se observa en una de cada 100 mujeres de menos de 40 años y en una de cada mil antes de los 30 años.
Por todo lo explicado anteriormente, en CARHA ofrecemos diferentes tratamientos y un trato muy familiar a nuestras pacientes. Porque todos compartimos un objetivo común y con nuestra ayuda, podremos conseguirlo.