¿Sabías qué…?

El hombre nace con sus órganos sexuales, tanto los internos, como los externos totalmente formados, pero que estos no empiezan a ser funcionales hasta la pubertad.

A finales de la semana 7 de gestación, se produce la formación de los testículos fetales y comienza la especialización celular. En el feto ya se encuentran las células de Sertoli, de Leydig, y la población de células germinales (gonocitos) comienzan a multiplicarse y diferenciarse a espermatogonias (diploides), las cuales comienzan a dividirse por mitosis. Cuando se inicia la pubertad, los niveles de testosterona aumentan y estas células comienzan la meiosis (de una célula se obtienen cuatro). Este proceso, conocido como espermatogénesis, tiene una duración de entre 62-75 días y da lugar a los espermatozoides (células haploides, con la mitad de carga genética).

Además, los órganos sexuales aumentan de tamaño y se vuelven funcionales. El escroto, por ejemplo, desciende y cambia de tamaño para mantener la temperatura adecuada para la correcta producción espermática. Cuando hace calor, aumenta de tamaño y cuelga más para eliminar temperatura y cuando hace frío, se encoge y tensa, evitando así la perdida de calor del cuerpo. Además, las glándulas accesorias (vesículas seminales y próstata) aportan líquidos que nutren a los espermatozoides y lubrican el sistema de conducción.

¿Y cómo afecta la edad a los gametos masculinos?

Con el paso de los años, la calidad espermática puede verse afectada, disminuyendo tanto la cantidad como la calidad. Además, el daño en el material genético también aumenta con la edad. Algunos estudios han demostrado que los hijos nacidos de padres con edad avanzada presentan más anomalías como autismo, esquizofrenia… Si, además, estos espermatozoides se unen a óvulos con una edad avanzada, la probabilidad de problemas genéticos aumenta debido a la disminución de la capacidad reparadora del ovocito.

También hay que tener en cuenta que el nivel de testosterona disminuye naturalmente con la edad, se estima que alrededor de un 2% al año a partir de los 30-40 años.

Y qué otros factores pueden afectar a la fertilidad masculina?

Son muchos los factores que pueden perjudicar a una buena salud reproductiva, como son el estrés, los malos hábitos alimenticios, el sedentarismo, trabajos en los que el cuerpo esté expuesto a altas temperaturas o a muchas horas sentado, obstrucción del sistema conductor, lesiones, problemas de salud crónicos, cáncer, enfermedades del sistema reproductor, etc. En esta publicación vamos a hablar del varicocele, anticuerpos que atacan a los espermatozoides, los problemas de eyaculación, problemas hormonales y defectos genéticos.

El varicocele es la hinchazón de las venas que drenan el testículo y es la causa reversible más frecuente de la infertilidad masculina, porque se produce una disminución de la calidad de los espermatozoides.  Ocurre en un 10% de la población, pero alcanza un 40% en los varones infértiles.

Los anticuerpos anti-espermatozoides se producen por la identificación errónea de los espermatozoides como células extrañas, por parte del sistema inmunitario del varón. Esto puede producir problemas de infertilidad, debido a la disminución de espermatozoides capaces de sobrevivir y fecundar al óvulo.

Los problemas de eyaculación pueden ser por falta de eyaculación (no eyaculación durante el acto sexual) o por la eyaculación retrógrada. Ésta se produce cuando el semen entra en la vejiga durante el orgasmo en lugar de salir al exterior. Diversos trastornos de salud pueden ocasionarla, entre ellos, lesiones espinales, cirugía de vejiga, próstata o uretra, diabetes, etc

Los problemas hormonales pueden deberse tanto por un desequilibrio hormonal a nivel testicular, como por parte del hipotálamo, hipófisis, glándulas suprerrenales o tiroideas. El hipogonadismo se produce por bajos niveles de testosterona y puede afectar a 5 hombres de cada 1000, los cuales verán su fertilidad afectada.

Los defectos genéticos pueden ser tanto por un error a nivel cromosómico como a nivel de los genes. Pueden ser heredados o nuevos y pueden dar lugar a diferentes síndromes.  Algunos de ellos son el síndrome del supermacho o síndrome de Jakob, que se produce cuando el hombre presenta un cromosoma Y extra, produciendo el cariotipo 47XYY (en lugar de 47XY), y el síndrome de Klinefelter, en el que un hombre nace con dos cromosomas X y un cromosoma Y, cariotipo 47XXY. Ambos afectan en mayor o menor grado a la fertilidad masculina, llegando a producir esterilidad en los varones Klinefelter.  Otros síndromes genéticos asociados con la infertilidad son el síndrome de Kallmann y el síndrome de Kartagener, la fibrosis quística (enfermedad hereditaria causada por un gen defectuoso que lleva al cuerpo a producir un líquido espeso y pegajoso que se acumula en las vías respiratorias de los pulmones y en el páncreas y ocasiona infecciones pulmonares potencialmente mortales y serios problemas digestivos. 1 de cada 5000 nacido vivos posee este sindrome), etc.

En CARHA podemos ayudaros a mejorar vuestros problemas de infertilidad, por medio de diferentes tratamientos de reproducción asistida, siempre, con un trato muy cercano. Porque todos compartimos un objetivo común y con nuestra ayuda, podremos conseguirlo.

HOMBRES FUERTES, QUE NUNCA SE RINDEN.