Muchos doctores apuntan que el ciclo menstrual es una forma útil de entender el cuerpo. Si estás empezando a pensar en tu fertilidad, puede que no sepas por dónde empezar. En la Carha estamos para apoyarte y guiarte en cada etapa de tu viaje hacia la maternidad.
Duración y regularidad del ciclo
La duración media de un ciclo menstrual es de 28 días, pero se considera “normal” todo lo que esté entre 26 y 32. Si tu ciclo es más corto o más largo o es irregular, las implicaciones pueden depender de tu edad y circunstancias personales.
Además, si tienes ciclos cortos, pero sigues ovulando alrededor del día 14, es posible que tengas una “fase lútea corta”, lo que significa que puedes necesitar progesterona adicional para prolongar la fase posterior a la ovulación, lo que da más tiempo para que el embrión se implante correctamente.
Ciclos irregulares
Si tienes ciclos muy largos o irregulares al principio de la adolescencia o en la veintena, es posible que tengas el síndrome de ovario poliquístico. Este problema es muy común, pero puede dificultar la concepción si no se liberan óvulos con regularidad. El síndrome de ovario poliquístico suele tratarse de forma muy sencilla con pastillas.
Otra razón para tener ciclos irregulares cuando se es joven es una glándula tiroidea poco activa o un nivel elevado de prolactina. Ambos provocan cambios en los niveles hormonales que pueden detectarse mediante análisis de sangre y ser tratados por el médico de cabecera o el ginecólogo.
Si tienes un ciclo irregular, más corto o más largo a finales de los treinta o cuarenta años, puede deberse a un problema de tiroides o de prolactina elevada. También puede indicar que el número de óvulos (reserva ovárica) está cambiando.
Intervalos prolongados entre menstruaciones
Si no tienes ovarios poliquísticos, los intervalos prolongados podrían significar el inicio de los cambios asociados a la menopausia, y un análisis hormonal te ayudará a detectarlo.
La pérdida extrema de peso en mujeres jóvenes puede a veces interrumpir la menstruación, que tiende a volver una vez que los ovarios han comenzado a ciclar de nuevo.
Períodos ligeros o abundantes
Puede ser difícil describir lo que es un flujo menstrual regular, pero si sientes que tienes periodos muy abundantes, te recomendamos que te hagas una revisión para ver si tienes fibromas, problemas de la glándula tiroides e irregularidades hormonales que pueden hacer que el revestimiento sea muy grueso.
Si tienes manchas o sangrados entre menstruaciones, es posible que tengas un pólipo en el interior del útero. Una exploración sería recomendable.
Si tienes menstruaciones muy ligeras, puede deberse a la edad y a la disminución de la actividad hormonal en las mujeres mayores.
Reglas dolorosas
Es habitual que durante los primeros días de la menstruación tengas calambres, pero un simple analgésico debería ser suficiente para controlar el dolor. Cualquier cosa que vaya más allá de esto durante un tiempo prolongado, debería ser investigada, especialmente si tus periodos son muy abundantes.
Los fibromas y un desequilibrio hormonal son las razones más comunes de las menstruaciones dolorosas, pero algunas se deben a endometriosis. La endometriosis puede provocar un fuerte dolor pélvico, que incluso comienza justo antes de la llegada del periodo.
¿Cómo afectan todos estos ciclos a tu fertilidad?
Podemos aprender mucho de tu ciclo menstrual, incluyendo todo lo que ya hemos mencionado anteriormente.
Como regla general, un ciclo regular, por largo o corto que sea, suele significar que estás ovulando (liberando un óvulo). Puedes utilizar tests de ovulación para confirmar que tienes un aumento de LH que te ayude a programar el coito de forma eficiente. También puedes hacerte un análisis de sangre para determinar el nivel de progesterona una semana después de la supuesta ovulación.
Algunas mujeres notan un cambio en la consistencia del flujo vaginal normal, que se produce alrededor de la ovulación. El flujo puede ser más abundante y acuoso debido al aumento de los niveles hormonales de estrógenos. La secreción mucosa es más espesa en otros momentos del mes.
Si tienes menos de 37 años, presentas signos de ovulación, tienes ciclos regulares y llevas algún tiempo intentando tener un bebé, es probable que la razón por la que no te quedas embarazada sea otra. En ese caso, consulta con tu ginecólogo.